EL "PATO" ABBONDANZIERI INTIMO EN SUPER DEPORTIVO RADIO


El mítico arquero de Boca Juniors abre las puertas de su corazón en Super Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad y revela el deseo que tenía Bianchi  para con él antes de la final de la Intercontinental del 2003. El "Pato" que rememora momentos mágicos de su carrera, plagada de logros, dice que necesitaría volver a encontrarse con su padre y preguntarle secretos del problema cardíacos que los une. Además, recuerda cuando Nery Pumpido lo llamó para llevárselo a Unión de Santa Fe antes que sea titular en Boca ¿Por qué se quedó? y sorprende con una respuesta sobre la final de la Copa Libertadores del 2018. "A veces lo charlamos con Guillermo o Martín, a ese partido lo hubiera jugado. Yo lo hubiese jugado, no hubiese suspendido, mas allá que tendría que haber cambiado un jugador en ese momento. Es algo personal, muy mio y que charlé muchas veces con Martín. No hubiese buscado la suspensión" y por último fue tajante sobre su relación con Gallardo. "Lo intenté ubicar dos o tres veces, pero no me contestó nunca. El nunca trató de comunicarse conmigo", tiró. Pasen...

Roberto Abbondanzieri no necesita que nadie le explique de qué se trata la paciencia, la perseverancia. En Boca nada le llegó de golpe o inesperadamente. Cuando se incorporó, en 1997, le tocó compartir vicisitudes y discontinuidad en el arco con Sandro Guzmán. El arribo de Oscar Córdoba lo relegó al banco de suplentes por largo tiempo, con apariciones esporádicas, que lo mostraban como un relevo aceptable, pero sin lugar para convertirse en una de las figuras de las gestas pasadas.

Sus largos días en el banco se terminaron con la venta de Córdoba, a fines de 2001. El arco de Boca, de por sí grande, se agigantaba más por el legado inolvidable del colombiano. Abbondanzieri había sido un buen sustituto eventual, pero muchos dudaron de que fuera lo mejor para el día a día, el partido a partido. Y no falló. De tal manera que fue el arquero del último equipo argentino en ser campeón del mundo, después de defender los tres palos del Boca de Bianchi en el 2003 que venció al Milán por penales. Además, de eso, el "Pato" de Bouquet conquistó 11 títulos con el "Xeneize" entre Libertadores, Copas Intercontinentales, torneos argentinos, Copas Sudamericanas, etc.

¿Cómo estás después de la operación?

-Después que uno dejó el fútbol, donde por suerte teníamos controles permanentemente, uno abandona un poco eso, puede ser por el cansancio de hacerlo todos los días. Después de mucho tiempo de haber dejado el fútbol hacía ya tiempo que no me hacía un chequeo y después de volver de Chile donde dirigía con Palermo, me fui a hacer un control a Rosario y me saltó esto del corazón, pero fue todo muy tranquilo, a lo mejor hace mucho tiempo que lo tenía pero no queríamos que se siga agravando, me hice estudios durante un año y medio y nunca se agravó. La decisión fue personal de querer hacerlo en este momento, con la edad que tengo y no que pase el tiempo y hacerla cuando sea más grande, porque tarde o temprano lo tenía que hacer. Tomé la decisión con mi esposa de operarme, me atendí en la clínica Favaloro, me atendieron como uno más y estoy muy agradecido, todo programado, nunca me descompuse, jugué al fútbol hasta una semana antes de ser operado.

El soplo siempre lo tuve, desde la selección juvenil, después cuando mi carrera continuó el corazón se fue agrandando pero por el esfuerzo de deportista, pero nunca habíamos visto que había una válvula que estaba rota, es la válvula mitral, no cerraba correctamente el conducto de la sangre,  y esta se escapaba por otros lugares. Los médicos me dijeron que se podía reparar, que se podía hacer una cirugía plástica dentro del corazón, y eso iba  a permitir no estar anti coagulado de por vida. Si no podían hacerme la cirugía plástica, tenían que colocarme una válvula artificial, lo primero que pregunté cuando me despierto es que es lo que habían hecho, y por suerte pudieron realizar la cirugía plástica, el soplo desapareció. Por unos meses, hay que dejar que el esternón cierre bien porque fue una cirugía a corazón abierto, el cuerpo se siente diferente, pero estoy bien.

¿Qué significa ser el arquero que todo pibe quería ser cuando volaba para tapar una pelota en la canchita de su barrio?

-Uno se da cuenta ahora cuando le dicen esas cosas, yo hacía exactamente lo mismo, cuando era chico me ponía entre dos plantas de paraíso y mi tío me mataba a pelotazos, si no era el “Loco” Gatti era Fillol, e iba cambiando permanentemente, no salía de esos nombres o los arqueros que tenía Boca. Todos pasamos por lo mismo, en este caso es un orgullo. Hace poco estaba mirando unos videos que tenía de unos entrenamientos de Boca del 2000 y veía a mi hijo, que hoy tiene 24 años, que andaba con los guantes todo el día por el entrenamiento, y bueno, es mi hijo y lógico que me nombraba a mí sino lo mataba jaja, pero uno no se da cuenta de esas cosas mientras está en la profesión, sino hasta el día en que se retira, después de retirarme me di cuenta de tantas cosas que es increíble, cuando siempre lo tomé con normalidad a casi todo. Se ve que fue importante y grande, pero bueno, yo trate de ser una persona más dentro del mundo del fútbol.

¿Qué es lo que más te marcó en este sentido? ¿Eso que hoy notas que antes no?

El cómo te tratan, pasó mucho tiempo y todavía hoy te piden un autógrafo, el hecho de que muchos nenes que no me pudieron ver jugar y que los padres le dicen quién era te hagan sentir importante. Yo no lo vi a Fillol en todo su ciclo pero, me acuerdo de algo, pero mi viejo me hacía recordar quien era, y ahora pasa lo mismo, me llama la atención todo eso y que me sigan recordando de la mejor manera. 

¿Qué te pasa por la cabeza al saber que el último equipo argentino campeón del mundo fue Boca y que el “pato” Abbondanzieri fue determinante?

-Siento cosas raras, mis hijos ahora que son grandes y están viendo todo lo que pasan de la selección y demás y a uno lo ven ahí me parece rarísimo. Lo que pasó hace ya años con el AC Milán no se cree, yo lo tomaba natural a lo que iba sucediendo, en un momento nos acostumbramos muchísimo a todo lo que sucedía, y cuando nos tocaba algo malo nos golpeaba demasiado. Siento orgullo, es una lástima que no haya habido otros equipos argentinos campeones del mundo. Había una persona que quería que lo gane más que yo mismo, era Bianchi, él ya me conocía de todo lo que yo había vivido antes, lo que había sufrido para estar atrás de un gran arquero como fue Córdoba, lógicamente que ante el Madrid y el Bayern me sentí parte, pero ese día me dijo: “Más que nunca quiero que salgamos campeones antes de ir a los penales porque te lo mereces”, esas cosas que te decía Carlos te enseñaban un montón, yo lo tomaba muy normal, ahora que pasó el tiempo y lo nombrás son cosas que quedan fuerte en uno. Yo trato de seguir normal, muchas veces veo eso y me da nostalgia.


¿Qué importante las palabras de Bianchi en ese momento, no?

Si, me lo venía diciendo ya unos días antes cuando ya habíamos llegado a Japón, y también antes de los penales, donde hay una imagen que él me abraza y me dice “Hoy vas a hacer el héroe, te lo merecés”.Siempre me ha motivado, desde que él tomó las riendas del club en el 98 y eligió por uno, cuando estábamos los dos muy parejos de mal con Oscar, porque no veníamos muy bien, Boca es grande y es mucha responsabilidad, la verdad que con el Bambino con Oscar no veníamos muy bien y bueno, Bianchi pone a Oscar para que sea el arquero de Boca y eso me jugó a que tenía que seguir haciendo un esfuerzo bárbaro para seguir ahí pero él me ha mantenido de la mejor manera. Bianchi siempre tuvo algo muy particular, que a mí me gusta hacerlo como entrenador, el que es jugador y juega siempre se detiene en los mínimos detalles, pero lo fundamental es mantener bien al que no juega casi nunca, porque los once que juegan más o menos seguido anímicamente van a estar bien, él se enfocaba en eso, esa fue la gran virtud que tuvo Carlos, él tenía eso, le daba más bolilla al que no jugaba.

Fuiste suplente en muchos logros de Boca, ¿Imaginabas ganar todo lo que ganaste después?

No ni en pedo, no lo pensaba. Ya cuando ganamos el primer título nacional en el 98’ que llegó Bianchi eso para mí era muchísimo. Ya cuando salimos campeón en Central en el año 95’ en la Conmebol fue un delirio, después en el 98’ después de muchos años de que Boca lo ganara el torneo nacional, era increíble vivir ese momento, por eso yo lo remarco como el más importante y después lógico la intercontinental, pero el que más nos dio fue el del 98’, hacía mucho que Boca no ganaba un torneo, y por más que yo no jugaba, teníamos un técnico que te hacía participar mucho, más allá de que no jugué, todos los torneos me sentí importante, porque no era solamente entrar a la cancha, lógico que en un momento yo quería estar adentro de la cancha y jugar, y pasó muchas veces, y Bianchi me decía “en algún momento vas a jugar, yo te voy a dar tal y tal copa”, después cuando empezaban las copas no me dejaba ir porque yo te voy a dar el campeonato local, la Libertadores, y así hasta que se pasaron los tres años, fue mucho tiempo. Estábamos en Formosa, lo llamo a Carlos a la habitación y le digo: ‘Mire, me está llamando Nery Pumpido, y tengo todo arreglado par a ir a Unión’, fue en el 2000, o 2001, yo tenía relación con Nery porque había estado en Boca cuando estuvo Bilardo, y me dice ‘vení a jugar a Unión, vas a jugar seguido, vas a estar en todos los partidos’, y ahí Carlos me dice ‘vos si querés te vas a Unión pero el torneo que viene, que vamos a jugar la Libertadores, te voy a dar el torneo local para jugar, cuando me dice eso tengo que elegir, y me parece que era importante quedarse en Boca.


¿Cuál fue la charla pos final del mundo con Bianchi?
-Carlos estaba orgulloso de todos nosotros, la charla que nos da antes del partido y después cuando llegamos al vestuario nos encontramos con un montón de carteles, más de psicología que de otras cosas, no se usaba mucho esto, nunca se habló tampoco mucho de esto, pero yo creo que Carlos y nosotros nos sentíamos en mucha desventaja con quienes nos íbamos a enfrentar por los nombres que tenían, asustaban, después de tanto tiempo mirando los planteles que teníamos en el 2000, 2001 o 2003, este último era el que por ahí no tenía tantos nombres como los de los otros años, pero si el Milan tenía unos nombres importantísimos, creo que cuando Carlos nos motiva esos 10 días antes de llegar a Japón nos hizo ser 11 contra 11 pero de verdad y a hacer lo mejor, hicimos un esfuerzo terrible y se nos dio el resultado, no sé si Carlos tenía tanta fe, habría que preguntarle a él, pero si desde lo que él proponía.En todo lo que me fue sucediendo yo no quería ser el principal actor, ni en los penales ni ser figura, en el arco de Boca vos sabes que te van a llegar muy pocas veces y si sos figura es porque algo funciona mal, nunca quise llegar a los penales.

¿Qué charla de Bianchi previa a una final del mundo fue la más impactante?

La del 2003, por todo lo que mencioné. La del 2000 era algo muy novedoso para nosotros, muchos no habíamos participado nunca de eso, el único que tenía experiencia era Carlos que lo había hecho con Vélez, y Pepe Basualdo. Sentí más fuerte la del 2003, tenía más adrenalina, porque estábamos más en desventaja, si miras el del 2000 teníamos un equipazo, le podíamos hacer frente al Real Madrid, el mismo equipazo que teníamos en el 2001 que para mí era la más sencilla o fácil que teníamos para ganar que era contra el Bayern, y es la que perdimos, si no pasa lo del Chelo que lo expulsan creo que lo ganábamos en el partido tranquilamente, estábamos muy bien y con experiencia.

¿Carlos fue ese motor que te incentivó a continuar vinculado al fútbol pero como entrenador luego de tu paso como jugador?

-No, Martín me insiste que lo acompañe, lo mío era el automovilismo después de dejar el fútbol, o estar mucho tiempo en el campo, comprarme una cosechadora, un tractor, con lo que hoy en día vivo y hacer todo eso. Estuvo 2 años Martín insistiéndome, ‘sin vos yo no voy a ser técnico’, viajó doscientas mil veces para acá cosa que no es muy común y como que cada vez me apretaba más, entonces a los dos años después del retiro que fuimos a Godoy Cruz, el me apretó y me convenció que tenía que ir con él y arranqué, pero mi idea era totalmente otra. Carlos en este caso no tuvo nada que ver, si tuvimos charla con él para saber, para empezar, para ver cómo era todo como entrenador, nos deseó suerte. Fue alguien importante en nuestra carrera.

¿Qué consejo les dio Carlos?
-Nos decía que como entrenador nos iba a pasar tal y tal cosa como le pasó a él con nosotros. Él siempre te decía que el respeto va como nº 1, el tema de horarios, educación, como se trataba y nombraban de uno al otro, no le gustaban los sobrenombres, jamás nos llamó por sobrenombre a ningún jugador, el horario era indispensable, y es lo que hizo Carlos cuando llega a Boca, poner un poco de orden y le fue muy bien al club. Más allá de los logros que tuvo como entrenador, hizo crecer a Boca como institución también. Nos dio muchos concejos que lógico no duraron mucho porque fue cambiando tanto el fútbol que ni siquiera se entrena como lo hacíamos nosotros con él, como así también el pensamiento futbolístico que se volcaba antes.

Sacando a Bianchi ¿Qué técnico te sorprendió por un gesto que haya tenido con vos?

-Bielsa, quería ser dirigido por él en la selección pero lamentablemente me tocó llegar tarde lógicamente por el momento de Boca pero me parece que Bielsa siempre fue un técnico más directo que los demás, con pocas palabras y te enseñaba mucho. A veces me lo encuentro en Rosario y sigue de la misma manera, un respeto enorme a él y mi gratitud. Cuando me lleva a la Copa América en Perú ahí lo empiezo a conocer, después me lleva a las eliminatorias también, pero en un momento perdemos la final y él siempre hablaba muy poco con la mayoría, pero conmigo siempre se acercaba, me decía pocas cosas pero concretas. El día de la final con Brasil, cuando nos hacen el gol de pelota parada en el primer tiempo, y yo pongo la barrera de costado y pongo 3 jugadores, el que pateaba era Diego, y yo lo conocía y le tenía mucho miedo de que vaya al arco, cuando pongo 3 jugadores no patea al arco, va el centro y viene el gol, en el 2006 cuando me voy a Getafe, a los pocos meses viene una persona con una carta, yo estaba entrenando normal, se la dejan al director deportivo, cuando termino el entrenamiento me la da y era Marcelo, me felicita por el mundial y por estar en Europa jugando para el Getafe y me dice ‘le tengo que hacer una consulta’, sin tutearme, ‘¿Me puede explicar por qué puso tres jugadores en la barrera lateral?’ y nada más, todo seco así, lo que te sorprende es que él siempre te salía con una cosas de esas porque estaba más allá de lo que uno veía o pensaba, me quedó muy grabado lo de Bielsa en todo. Nunca le contesté, en ese momento no me lo crucé, lo vi hace poco en Rosario y fue muy corto y apurado, pero hacía cosas que te marcaban, tengo que quedar mal con los demás técnicos, pero él me marcó, fue el responsable de llevarme con 34 años a la selección, tengo un respeto muy grande.

¿Qué le preguntarías a tu viejo hoy si tendrías la oportunidad? Aquel penal que le haces a Pumas y que lo vas a buscar a la platea preferencial y lo abrazas ¿Cuántas cosas han pasado en eso?

-Lo recuerdo de la mejor manera, más que nunca lo que le quisiera preguntar es un montón de cosas de la operación que tuve yo porque él tuvo la misma en ese momento. Él estaba operado y aparece en ese lugar porque venía de una operación en el corazón, nunca los familiares van ahí, era como que estábamos iluminados, nadie sabía que íbamos a llegar a penales, ese momento no lo teníamos pensado ningunos, recuerdo la discusión con el “negro” Ibarra por ir a patear el penal y yo cada vez que iba a atajar un penal lo miraba y le hacía seña de que se tranquilice por el corazón y él se reía. Le decía así porque hace pocos meses que estaba operado y yo me reía adentro de la cancha y mi cuñada y familiares no podían creer que yo esté tan tranquilo y la verdad es que el arquero es el que más tranquilo está en una definición de penales porque no tiene nada para perder y tiene mucho para ganar, y eso es lo que me pasó a mí. Dios me iluminó porqué pateo el penal, salimos campeones y lo puedo abrazar, ese abrazo tan importante, que yo le regalo la camiseta también ahí, piso arriba del cartel y se viene toda la gente que estaba ahí encima, le fracturan dos costillas porque lo aprietan contra el caño y ahí me vienen a buscar todos los jugadores y salimos a dar la vuelta. Mi viejo fue muy importante porque las veces que estaba en Rosario en las inferiores y me quise volver con mis amigos y salir de joda acá en el pueblo era el primero que me echaba de mi casa y me hacía volver a la pensión de Rosario, hicieron mucho esfuerzo para que uno llegue y bueno, traté de brindarle todo lo mejor, y también fue el gran responsable de que hoy tenga el campo como lo tengo.

Escuchándote, entiendo que lo recordás bien y de manera integra, vio lo mejor de vos...
- Si es verdad vio lo mejor de mí. Vio a sus nietos. Él estaba más que contento por todo lo que pude conseguir en mi vida. Otra cosa como futbolista no tengo y él lo vio todo. Hasta como entrenador me vio crecer. Entonces en este deporte no le quedó mas nada que ver sobre mi. Me vio en todas las etapas desde cuando era amateur hasta verme atajar en la Selección Argentina en un mundial. Le gustaba el automovilismo, que compartió conmigo, porque era uno de los pocos que me acompañaba. La verdad que la relación con mi viejo fue espectacular. Tengo los mejores recuerdos. Hace un año que se nos fue y lo tengo cerca donde esta descansando en paz, lo tengo a tiro.

Te gusta el automovilístico. Con Martín, cuando agarran un equipo ¿Qué auto serían? 
- ¡Un Chevrolet, por supuesto!, pero de los viejos. Un estilo Coupet, yo soy fanático del Turismo Carretera. Es más cuando corrimos, lo hicimos en el Top Race con u Vectra. Inclusive, uno de mis primeros autos, cuando estuve en Boca fue un Vectra. Me acuerdo que disfruté como loco correr esas carreras. El primer auto que me subí en la categoría fue una Chevy. Me imagino llegando a La Bombonera con una Chevy bien preparada, como lo hizo Maradona con un camión o Cristian Traverso. El tema que Martín ya no tiene las locuras que tenía como jugador. Ahora es como cabeza de un grupo y tiene que dar el ejemplo.

¿Qué hubiera pasado si se enfrentaban la mejor versión del Boca de Bianchi con el mejor River de Gallardo?
- Son cosas diferentes. Estaría bueno que se enfrenten. El Boca nuestro era muy directo y muy fuerte y el enfrentarse con un equipo como el de Gallardo que son dinámicos y rápidos, no sé si encontrarían espacios si se medirían con un Boca como el de Bianchi. ¿Qué pasaría? No lo sé. Son diferentes épocas. Los equipos de Gallardo necesitan estar bien físicamente para funcionar y cuando lo están no paran, son ágiles y tienen buen pie. Nosotros eramos totalmente diferentes. El River de Gallardo te lo puedo comparar con el Boca del "Coco" Basile, que jugaba un poco mas. El de Bianchi su fortaleza es que era un equipo muy fuerte. Hoy es un fútbol más rápido y antes era mas táctico y mas lento.

¿Hubieras dado algo por jugar la final que se jugó en el Bernabeú?
- Ni idea, tendría que haber estado ahí adentro. Lo que siempre dudé y no me gustó la idea de como se terminó esa Copa de ir a jugarla tan lejos y que ya no correspondía a lo nuestro. A veces lo charlamos con Guillermo o Martín, a ese partido lo hubiera jugado. Yo lo hubiese jugado, no hubiese suspendido, mas allá que tendría que haber cambiado un jugador en ese momento. Es algo personal, muy mio y que charlé muchas veces con Martín. No hubiese buscado la suspensión y tampoco buscar que en el escritorio nos podrían haber dado una Copa más, pero no estuve adentro para saber como y quien lo suspendió para que no se juegue. Entonces no lo puedo hablar. En lo personal, si vos me preguntas, lo que hubiera cambiando, estando ahí adentro es haberlo jugado si o si, en ese mismo momento, porque, si bien las agresiones fueron por demás y lastimaron a un jugador, pero antes llegabas a cada cancha ¡Mamita querida! en el interior con Boca y era bravo llegar a los estadios y siempre nos han roto siempre las ventanillas. También me tocó cuando jugué con Rosario Central ir a la Bombonera, eran micros destruidos si o si, porque te bajaban abajo de la tribuna. Fue una lástima, después aparecieron otros intereses económicos e hizo que lleven a jugarla afuera del país y para colmo la perdimos.
¿Qué pensás cuando comparan a a Gallardo con Bianchi?
-Gallardo hizo cosas parecidas en River a lo que pasó en Boca cuando llegó Carlos. El Club hizo un clic. No puedo hablar de Gallardo, porque no lo conozco. Puedo opinar mas allá de sus resultados. Lógicamente que yo me voy a quedar con Bianchi. A Gallardo no lo conozco en el día a día. Bianchi, para mí, es un técnico de día a día. Lo único que sé de Gallardo, es por lo que me dicen o a veces hablamos con Leo Ponzio que vivimos cerca, porque uno quiere saber ¡Qué tiene Gallardo! porque funciona de una manera muy buena y lo que viene logrando. Quisiera saber cuál es su mentalidad para querer copiarle. Lo de Bianchi ya paso, hoy Carlos podría dirigir, pero no sé si se le sería tan fácil con todo esto novedoso que va pasando en el fútbol. No puedo compararlos. Si te podría comparar a Bianchi con el "Coco", por ejemplo que fue un técnico que tuve. No nos olvidemos del "Coco" que también fue una gloria ¡Eh! ¡Qué bien la pasamos con él!

¿Te gustaría tener una charla con Gallardo, después del incidente del 2004? ¿Se volvieron a hablar?
- Nunca más nos cruzamos. No hemos cruzado como técnicos en bancos diferentes. Nunca tuvimos la posibilidad. Yo nunca tuve problemas con él. En su momento yo traté de comunicarme con él, después comencé a preguntar como era él, por la reacción que había tenido. En su momento, te digo la verdad ¡Lo quería matar!, pero cuando me enfrié, yo la saqué barata, porque yo juego el partido de vuelta y a él lo habían expulsado. Me llamó la atención esa reacción, porque muchas gente me había dicho como era como persona. Lo intenté ubicar dos o tres veces, pero no me contestó nunca. El nunca trató de comunicarse conmigo. No tengo resentimiento. El problema no era con Gallardo, el se metió en ese quilombo. Nuestro problema era con Amelli, que toda la semana teníamos pensado en ir a buscarlo a él que había salido a hablar. Estábamos caliente con él y nos habíamos puesto de acuerdo para ir apretarlo.

¿Cambiarías alguno de tus logros por no haberte lesionado ante Alemania y poder haber terminado ese partido por los cuartos de final del 2006?
- Nada desde lo deportivo. No cambiaría nada de lo que gane. Si volvería atrás y casi siempre lo pienso que pasa si yo seguía, ¿Qué hubiera sucedido? Es lo único que me quedo dando vueltas, nada más. Tampoco es que lo tengo en el día a día. Es algo que lo tengo totalmente enterrado, porque en realidad no sabía si ibamos a pasar, si ibamos a llegar a la final o si ibamos a salir campeón conmigo. Si me hubiera cambiado si me tocaba salir campeón con la Selección, porque es algo que me faltó, después de las dos finales que jugué en la Copa América. Me duele más no haber ganado algo con la Selección, después de haber estado tan cerca que el episodio del 2006 cuando tuve que salir lesionado. De igual manera, es una espada clavada que me quedó.

¿Qué cosas soñaste de las que pudiste lograr como jugador llevarlas a cabo como entrenador?
- Quisiera ser ganador. Con ganar un solo campeonato, cuando nos toque dirigir a Boca, sea un torneo de verano ya es importante, porque Boca genera muchas cosas. No creo que exista cosas mas lindo en el universo ser campeón como jugador y entrenador con Boca. Sería algo brillante. Le sucedió a Guillermo y al "Vasco". Nosotros querríamos terminar de esa manera, pero no es fácil. Hay que respetar a los que están y después respetarte a vos mismo y seguir aprendiendo. Yo creo que le va a llegar esa oportunidad a Martín y no la vas a desaprovechar. Me gustaría y espero el momento de poder ganar un título como entrenadores de Boca y saber que se siente como cuerpo técnico, porque como jugador ya lo sabes.

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