El formador de Di María, le pide a Scaloni que lo pueda convencer para jugar el próximo mundial y sueña con abrazarlo. "Todavía no se dio, no quiero morirme sin antes abrazarlo", contó emocionado en Super Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad.
La historia de El Flaco –así lo llamaban los más cercanos– con la pelota nació en el club Atlético El Torito de Rosario, Santa Fe. Rubén Tomé fue el primero que tuvo la fortuna de formarlo en la mítica categoría 88. Ángel y Rubén se conocieron a inicios de 1994. 31 años después espera desear volver a abrazarlo antes de morise. " Estamos gestionado con el Presidente (Belloso) si lo podemos ir a visitar a Arroyo Seco. Nunca se da la oportunidad, cuando se de, imaginate. ¡Que lagrimón! Viste cuando uno muere y espera llegar al cielo para recibir el abrazo de Dios y Jesús, yo espero el abrazo con Ángel y listo. Tengo miedo que no me reconozca físicamente, estoy gordo, pelado y feo, pero no me voy a ir de esta vida sin poder abrazarlo", contó.
En otro tramo de la entrevista, le sugirió a Scaloni que trate de convencer a Di María para regrese a la Selección para el próximo mundial. "Yo lo cito y lo pongo los últimos 20 minutos para que pueda reventar los partidos. Todavía le da el físico para jugar un mundial mas. Que juegue el último mundial, eso si sería un gustito para toda la gente. Hay que jugar en el fútbol argentino por mas que me digan que está jubilado o esta viejo. Acá no lo perdonan. Habría que llamar al capitán (Messi) y que vayan con Scaloni. Yo pienso que los dos juntos lo pueden convencer. Sería una locura verlo de nuevo en un mundial", finalizó.
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