EL DEPORTE DE LUTO

(Martin Farias para Ceresciudad.com).-Estaba signado para ser un partido más definitorio es verdad, pero jamás ninguno de los concurrentes de Ceres a Rafaela pensó en vivir una pesadilla como la que vivió. Central no pudo gozar de una victoria perfecta. No pudo hacerlo porque nunca se sintió protegido por quienes deben trabajar por que eso ocurra. En Rafaela varios inadaptados, que deben ser desterrados de todo espectaculo deportivo o social que reuna a la familia, quisieron desvirtuar un festejo ganado en un reducto de juego. Merecía una final como esta terminar como terminó? Estamos seguros que no.
No lo merece ni Central, ni ninguna institución en ninguna parte del mundo, menos un espectaculo deportivo. Que quisieron ganar los inadaptados hunchas de Atlético Rafaela que mezclados con la mersa del fútbol se abusaron de mujeres y niños inocentes, y sin nadie que los defienda. Es una vergüenza que todo haya terminado como terminó.
Corridas, golpes de puño, abuso, robo de banderas y equipos fotográficos, golpes a vehiculos particulares, y violencia fuera del estadio eran necesarios. El partido se ganó en una cancha, y el que gana festeja y el que pierde se resguarda en la reflexión. La barbarie debe ser desterrada del deporte. Hay que curar las heridas que dejó está penosa definición de un torneo local. No será fácil. Los dirigentes de la Asociación Rafaelina de Basquetbol no pueden mirar para el costado, y los inadaptados y la club que representan deben ser castigados con toda la severidad del reglamento. Por discusiones menores, o insultos muy comunes entre la sociedad se han suspendido estadios en esta liga sin miramientos. Si uno revisa las últimas sanciones determinadas a los clubes por incidentes ninguno de esos problemas se asemeja a esta barbarie de indeseables ocurrida anoche tras la victoria de Central Argentino Olímpico en Rafaela ante el Atlético de esa ciudad. Hay que terminar con los nombres en la Asociación, basta de ser severos con el reglamento cuando los del norte son los que segun dicen son los problemáticos. Basta de impunidad para los que se consideran los arios perfectos del sur. No podemos permitir bajo ningún punto de vista que se declare admisible lo ocurrido en Rafaela. Ningun ser humano merece ser maltratado bajo ningun tipo de circunstancias.
El terror sacudió a la gente de Ceres tras estos lamentables sucesos. Nadie se merece esto, la Asociación no se lo merece, los clubes de Ceres y todos los que integran esta liga no se merecen actos vandalicos de delincuentes que lo único que hacen es ensuciar lo más lindo del deporte que es la caballerosidad deportiva y el aliento de los simpatizantes sanos. Si algun dirigente piensa que lo de anoche debe ser pasado por alto, retirense del cargo, dediquense a otra cosa, porque le harán un bien al deporte que es el principal herido por la barbarie de unos pocos, los indeseables que lamentablemente existen y que anoche aparecieron en toda su magnitud.

Momentos de dolor 

En una noche inexplicable y cuando debería ser un momento de regocijo por la victoria todo terminó siendo una noche luctuosa. Minutos después del partido el padre de Matias Ruffino, jugador de Central Argentino Olímpico, sufrió una descompensación cardíaca y eso le provocó el deceso en forma repentina. Enorme cuadro de dolor y ánimo alicaido se vivió entre todos los centraleros que acompañaron al equipo a Rafaela y los que fueron enterandose por mensajes de texto de la triste noticia. Su familia encontraba respaldo en cientos de familias aurinegras que pasada la medianoche se llegaban al domicilio particular para acompañar este momento de enorme desconsuelo. Otro joven que viajaba a ver el partido fue victima de la tormenta, y el auto en el que se conducía sufrió un accidente de tránsito a la altura de Cupupaity. Inmediatamente Juan Bracamonte fue derivado con el resto de los acompañantes a una clinica provada ceresina, pero el joven debió ser trasladado de urgencia a una clinica de mayor complejidad para ser atendido. Bracamonte trabaja como preparador físico en el CCAO.

Comentarios