UN EQUIPO QUE DEFINIÓ SU ESTILO

 Unión estuvo cerca. Muy cerca. Le faltó cerrar mejor el juego. El equipo dirigido por Gustavo Bertona supo remontar una gran diferencia y se mostró mejor durante gran parte del juego –hasta mitad del último cuarto- pero le costó en los momentos claves.

 El gran objetivo para Unión era volver a jugar una final después de 12 años y no pudo ser. Más allá de ello, los aplausos de la multitud que acompañó al equipo sanguillermino da cuenta de que la gente quedó conforme con el rendimiento de un equipo que ha vuelto a representarlos. Ese debe ser el mayor logro. El haber vuelto a ser competitivos. El haber vuelto a discutir de igual a igual cada uno de los partidos ante los rivales más poderosos: Central, Sportivo y Atlético Tostado. 

Ante Central cayó derrotado como local en la última bola con el último simple (aquella discutida falta a Decker), ante el CAT pudo ganarle con personalidad y ante Sportivo supo jugarle muy bien el primer punto de la serie hasta que se quedó sin nafta, supo superarlo sin discusiones en el segundo punto y supo descontarle una amplia diferencia jugándole de igual a igual en el tercero. Eso debe ser ya motivo de satisfacción para un equipo que había comenzado el torneo alternando buenas con malas y que tocó fondo en aquella derrota ante Libertad en Villa Trinidad. Ese fue el gran punto de inflexión. Este equipo supo levantarse a partir de allí y mostrar su mejor versión. 

La intensidad en defensa pasó a ser su marca registrada. El juego a presión, el sofocar al rival y desgastarlo casi al punto de la falta siempre pasó a ser su razón de ser. Y a partir de allí cambió su ADN: comenzó a jugar posesiones largas, bien pensadas, con gran cantidad de pases rápidos, buscando siempre al compañero mejor ubicado, para que pueda lanzar con libertad. A partir de allí consiguió la tranquilidad que le faltaba y la consecuencia fue muy valiosa: mejoró notablemente su efectividad. De esa manera, consiguió grandes victorias ante rivales importantes como el CAT y Sportivo y hasta estuvo a punto de doblegar al mismísimo Central. Víctor Chana, “Rodri” Traverza, “Calela” Borello, “Rafa” Borelllo, “el Flaco” Cardani, “Marquitos” Gauna y “Santi” Macagno, entre otros, mostraron su mejor imagen destacándose en un juego colectivo muy interesante. Algunos pibes de inferiores debutaron y supieron tener su lugar. Se notó el trabajo de los entrenadores y de los jugadores.

 ¿Qué le faltó? Estar preciso y no perder la cabeza en los momentos claves de una semifinal jugada a 1.000.000 de pulsaciones por minuto. En su mejor momento (cuando supo sacar una diferencia de 4 ó 5 puntos) no supo mantener la diferencia con su rival, no estuvo del todo intenso en defensa para contrarrestar algunas individualidades (Chicco, Del Castillo, Rigada, Cuberli) y tomó malas decisiones en ataque que le terminaron costando demasiado caro. Le faltaron algunos puntos importantes en momentos importantes de algunos de sus jugadores destacados. Más allá de ello, el balance ha sido muy bueno. Unión ha vuelto a ser protagonista y la perspectiva a futuro no deja de ser muy buena. Volver a ser lo que alguna vez fue, el gran desafío. 

 Foto: Zona de 3

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