Sólido, férreo, voz de mando y un cabezazo imponente en las dos áreas. Expeditivo para no complicarse y tirarla larga cuando la jugada lo pide. Características que lo identifican, Alejandro Donatti, un señor defensor, un día logró ser campeón de la mano de Eduardo Coudet, el técnico que ya lo había pedido en Rosario Central y también lo tuvo en Tijuana de México.
Confianza ciega mutua entre ellos, con un destino de gloria que se hizo realidad en el tercer club que los reunió. “Coudet le dice a mi viejo que él no es mi papá, que mi papá es Chacho”, utilizó una humorada el Flaco para describir muy bien la relación estrecha que entablaron hace un tiempo técnico y jugador.
En declaraciones a Radio Villa Trinidad (FM 97,9) y el programa Super Deportivo Radio (de Santa Fe), el defensor exteriorizó las sensaciones que experimentó con la obtención del título por el empate ante Tigre y el de Defensa y Justicia con Unión. Y lo que le dejó, además, ese festejo histórico alrededor del monumento icónico de Buenos Aires: “Ser campeón es una alegría enorme. Estaba festejando en el Obelisco y juro que no caía. Me preguntaba qué hacía toda esa gente ahí. Nos saludaban, nos agradecían, y yo pensaba: están todos locos. No podés creer ver gente llorando. Será una alegría inmensa que quedará guardada siempre en mi corazón. Es impresionante, no se compara con nada y trato de comenzar a disfrutarlo”.
Así como el Chacho fue clave para su llegada y buen rendimiento en la Academia, Donatti colocó al técnico en el punto más alto de influencia en el equipo. “Es muy exigente. Arma equipos que juegan como él, Jode todo lo que quieras, peor cuando empieza la práctica se dice y hace lo que dice él… Kudelka me cambió la cabeza en Boca Unidos y Chacho también me la cambió. Me lleva a todos lados, me da esta tranquilidad, habla con mi familia. Imaginate que jode mucho a mi papá. Todos los días aprendo algo nuevo con el”, valoró el central.
Sobre el futuro del entrenador después de junio, el Flaco sembró la duda que tienen todos. Pero de algo está seguro: la cuenta pendiente saludar entre ambos. “La verdad -dijo-, no sé qué va a hacer, pero ojalá le siga dando alegrías a la gente de Racing. En el vestuario fui a saludar al Chacho para darle un abrazo. Nos sacamos la espina de esa vez que no pudimos ser campeones con Rosario Central”.
Alejandro reforzó ese sentimiento de revancha con una anécdota emotiva. “Antes del partido, Nery Domínguez (fueron compañeros en Central) me mandó una foto donde estábamos llorando en el centro del Kempes cuando perdimos injustamente esa final con Boca. Yo le dije: ‘Mirá cómo da vueltas la vida que hoy (domingo) podemos ser campeones. Después de abrazarlo al Chacho nos abrazamos con Nery y nos largamos a llorar”.
Conmovedora su revelación, a tono con una tarde de corazones derretidos. Como el de Lisandro López, el ídolo de los hinchas y también de sus compañeros. “Licha es todo para este Racing. Cada ves que te ve nervioso, viene, se acerca, te habla y te da una tranquilidad enorme. Entrás a la cancha con esa sensación de saber que adentro de la cancha lo tenes a él”, expresó.
Sobre el final dela charla jugosa, Donatti contó una curiosidad protagonizada por su padre en el centro de Rafaela. “Mi viejo es hincha de San Lorenzo, pero salió a festejar con mi camioneta y resulta que en el centro a mi viejo le decían ‘¿qué hacés festejando si sos de San Lorenzo’? Mi mamá es de River”.
A propósito del papá, el Flaco recordó los valores que fue mamando del viejo. “Él siempre me dice que si yo cambio mi forma de ser, le la hace corta y no me habla nunca más. Por eso hay que ser agradecido, salir a saludar sin cambiar eso. Desde que yo era chico, y ahora que soy grande, me pide que baje a saludar a la gente. Siempre me inculca respeto”.
Confianza ciega mutua entre ellos, con un destino de gloria que se hizo realidad en el tercer club que los reunió. “Coudet le dice a mi viejo que él no es mi papá, que mi papá es Chacho”, utilizó una humorada el Flaco para describir muy bien la relación estrecha que entablaron hace un tiempo técnico y jugador.
En declaraciones a Radio Villa Trinidad (FM 97,9) y el programa Super Deportivo Radio (de Santa Fe), el defensor exteriorizó las sensaciones que experimentó con la obtención del título por el empate ante Tigre y el de Defensa y Justicia con Unión. Y lo que le dejó, además, ese festejo histórico alrededor del monumento icónico de Buenos Aires: “Ser campeón es una alegría enorme. Estaba festejando en el Obelisco y juro que no caía. Me preguntaba qué hacía toda esa gente ahí. Nos saludaban, nos agradecían, y yo pensaba: están todos locos. No podés creer ver gente llorando. Será una alegría inmensa que quedará guardada siempre en mi corazón. Es impresionante, no se compara con nada y trato de comenzar a disfrutarlo”.
Así como el Chacho fue clave para su llegada y buen rendimiento en la Academia, Donatti colocó al técnico en el punto más alto de influencia en el equipo. “Es muy exigente. Arma equipos que juegan como él, Jode todo lo que quieras, peor cuando empieza la práctica se dice y hace lo que dice él… Kudelka me cambió la cabeza en Boca Unidos y Chacho también me la cambió. Me lleva a todos lados, me da esta tranquilidad, habla con mi familia. Imaginate que jode mucho a mi papá. Todos los días aprendo algo nuevo con el”, valoró el central.
Sobre el futuro del entrenador después de junio, el Flaco sembró la duda que tienen todos. Pero de algo está seguro: la cuenta pendiente saludar entre ambos. “La verdad -dijo-, no sé qué va a hacer, pero ojalá le siga dando alegrías a la gente de Racing. En el vestuario fui a saludar al Chacho para darle un abrazo. Nos sacamos la espina de esa vez que no pudimos ser campeones con Rosario Central”.
Alejandro reforzó ese sentimiento de revancha con una anécdota emotiva. “Antes del partido, Nery Domínguez (fueron compañeros en Central) me mandó una foto donde estábamos llorando en el centro del Kempes cuando perdimos injustamente esa final con Boca. Yo le dije: ‘Mirá cómo da vueltas la vida que hoy (domingo) podemos ser campeones. Después de abrazarlo al Chacho nos abrazamos con Nery y nos largamos a llorar”.
Conmovedora su revelación, a tono con una tarde de corazones derretidos. Como el de Lisandro López, el ídolo de los hinchas y también de sus compañeros. “Licha es todo para este Racing. Cada ves que te ve nervioso, viene, se acerca, te habla y te da una tranquilidad enorme. Entrás a la cancha con esa sensación de saber que adentro de la cancha lo tenes a él”, expresó.
Sobre el final dela charla jugosa, Donatti contó una curiosidad protagonizada por su padre en el centro de Rafaela. “Mi viejo es hincha de San Lorenzo, pero salió a festejar con mi camioneta y resulta que en el centro a mi viejo le decían ‘¿qué hacés festejando si sos de San Lorenzo’? Mi mamá es de River”.
A propósito del papá, el Flaco recordó los valores que fue mamando del viejo. “Él siempre me dice que si yo cambio mi forma de ser, le la hace corta y no me habla nunca más. Por eso hay que ser agradecido, salir a saludar sin cambiar eso. Desde que yo era chico, y ahora que soy grande, me pide que baje a saludar a la gente. Siempre me inculca respeto”.
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