LA HISTORIA DETRÁS DEL CAMPEÓN: GUSTAVO FERNÁNDEZ


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Si hay una historia de superación y admiración dentro del deporte es la de Gustavo Fernández. Con apenas un año y medio, sufrió un infarto medular que lo dejó paralítico de la cintura para abajo al caerse de una silla. Comenzó a jugar al tenis a los 6 años y a los 12 comenzó su carrera, cuando se inscribió en la Asociación Argentina de Tenis para ser jugador junior. La historia en detalles en Super Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad con la participación de Gusti, su papá y mamá. Para emocionarse.


Por Emiliano Nunia:

A pesar del accidente que sufrió, Gusti Fernández (hijo de Gustavo Ismael González, un gran jugador de básquet y de Nancy) no bajó los brazos y eligió el tenis para desarrollar su actividad. En los primeros tiempos no fue fácil, ya que el nacido hace 25 años en Río Tercero Córdoba, tuvo un proceso de adaptación, debido a que no es sencillo jugar al tenis en un silla de rueda.

Gustavo Fernández, dentro de su historia, define el éxito. "Yo me consideré exitoso mucho antes que llegar a ser número 1 del mundo. Ser exitoso es tener un sueño propio, personal y bien desde el alma, luchar y estar dispuesto a darlo todo, independientemente se pueda conseguirlo o no. Tengo las copas en mi casa y en definitiva no son nada, es más a los dos meses ya están todas negras porque son de plata y a cada rato tenes que limpiarlas. Todos los días la miro, tienen su valor, pero lo lindo son la experiencias. Soy de los que creo que una Copa o una medalla olímpico solamente te tiene que servir para recordar todo lo que invertiste y el esfuerzo que hiciste para llegar a esa medalla. Hay mucho sufrimiento en la vida de un deportista".

EL INFARTO MEDULAR DESDE LA PRIMERA PERSONA
"Desde el año y medio que quedé paralítico. Un infarto medular es cuando se te rompe una vena que transporte la información del cerebro a las piernas y deja de funcionar. Según estadísticas lo que me paso a mi, le ocurre a uno de cada 6 millones de personas, pero en definitiva lo tomó con naturalidad, tampoco le dí mucha importancia. Nunca lo ví como un problema o algo distinto"

EL MOMENTO DEL ACCIDENTE SEGÚN SU PAPÁ: GUSTAVO ISMAEL

"Lo tenemos claro yo como Juan ( mi otro hijo). Ocurrió en el living del departamento. El estaba saltando en una silla azul, esas de plásticas de niños y en un momento de las veces que se tiraba, me quedó mirando y no se levantaba y le pensé a preguntar y a decir ¡No te hagas el tonto!, pero después me comencé a preocupar porque no se movía y me acerqué y le tocaba las articulaciones para ver si se le le había salido una articulación de lugar. De ahí, la llamamos a Nancy y empezamos a ver que hacer y saltamos a la clínica. Desde ahí fue una vorágine de nunca acabar porque se comenzó a manifestar una parálisis desde las rodillas hasta la altura de los pechos y eso era lo problemático porque podían entrar en riesgos los pulmones. Fueron dos días que nos pasamos mirando dos televisores que marcaban sus pulsaciones. En fin cosas, que difícilmente te olvidas"

NANCY, LA MAMÁ DE GUSTI, EL ESFUERZO Y TODOS LOS MÉTODOS PARA QUE GUSTI VUELVA A CAMINAR

"Fuimos a cuanto médico, cura sanador y cada persona que se nos acercaba que no sugería para llevarlo de un lado a otro. Lo que aparecía lo probábamos. También, hubo gente que se quiso aprovechar de la situación y te quiso meter cosas en la cabeza que no eran. Después llega un momento, donde uno retoma el sentido común y nos dimos cuenta que era una locura que había que asumir y aprender a convivir con ella. Siempre estuvimos atento a las necesidades de nuestros hijos. De golpe, Juan, el hermano de Gusti, tuvo que ceder toda su atención, porque Gusti necesitaba estar cerca de él y toda la atención la tenía Gusti. Nosotros solos intentamos salir, pero era imposible salir solos. Hubo psicológicos que nos ayudaron a hacer el click. Teníamos en claro que debíamos lograr que Gusti sea feliz, en silla de rueda, en bastones o tirador en el piso jugando al fútbol y que no sea un nene resentido y que tenga vida normal y feliz"

COMO GUSTI VEÍA A SUS PADRES LUCHAR
"No fue agradable para mis viejos haber sufrido tanto por lo que me tocó vivir, pero a veces me pongo a pensar y pienso que mi discapacidad, a ellos los hizo crecer y los mejoró como personas, les sirvió mucho. Hasta la relación mamá y papá se fortaleció. Mis viejos son lo que son como pareja, por todo lo que tuvimos que pasar, por eso nuestra relación es tan fuerte.Uno cuando nace, lo primero que quiere es no sufrir, pero yo entiendo que el sufrimiento es parte del proceso para llegar a la felicidad. No podemos renegar de esto y de todo lo que nos pasa"

EL IMPACTO DE LA DISCAPACIDAD DE GUSTI SOBRE SU PAPÁ
"Hubo momentos donde tuve ganas de dejar de jugar al básquet, porque no podía relacionar que me ganaba mi vida corriendo con mis piernas y que mi hijo no pudiera caminar. Mi primer temporada, después de lo que le sucedió Gusti fue la temporada mas inestables en mi carrera como jugador de básquet. Recuerdo que una vez habíamos terminado de jugar un partido en Olavarria y lo habíamos perdido. El único que podía entrar al vestuario era Gusti y se me acerca y me dice: "Papá quiero jugar el golf" imagínate yo estaba transitando mi peor momento del día por haber perdido un partido trascendental y viene mi hijo, con los bastoncitos intentando caminar, a proponerme jugar al golf. Esos momentos te hacen recapitular todas tus prioridades y con que cosas realmente te tenes que poner mal. Le dije, vamos a intentarlo pero con una condición: lo intentamos, lo podemos hacer y seguimos y sino lo dejamos. No queríamos frustraciones para él. Jugó un torneo y lo ganó, pero ahí nomas se termino".

SUS COMIENZOS EN EL TENIS EN UNA CANCHA DE PADEL Y LA VISIÓN DE SUS PADRES
"Lo comenzó a practicar en una cancha de padel, con un profe que tenía Nancy. Era todo iniciativa de él. Nosotros lo mandábamos a Computación y Ajedrez, todas actividades que a él no le demanden frustraciones y desgastes. Nosotros lo teníamos en una cajita de cristal, pero no era así el tema. Iba por otro lado el tema. Recuerdo que tenía una silla roja, que era muy incomoda, con un respaldar muy alto y a él intentadole pegar. Ese es el recuerdo que tengo de sus primeras veces en el tenis. Era  muy incomodo lo que estaba haciendo, pero él se caracterizo que nunca algo que comenzó tuvo un inicio cómodo y fácil. Tuvo mucha hombría. En dos semanas ya estabas en la cancha con polvo de ladrillo y después mezclados con los chicos comunes. Al principio era la incertidumbre si lo podía hacer, porque nos generaba mucha angustia ver que su hermano estaba triunfando en el deporte y que Gusti le estaba metiendo muchas ganas y no saber si podía realmente triunfar. Siempre tratamos de acompañarlo y darle las mismas posibilidades que tenía su hermano. Él fue marcando su propio camino y sin darnos cuenta terminó dedicándose a esto"

EL VALOR DE SUS ABUELOS SEGÚN GUSTI
"Mi abuelo, el papá de mi mamá, era muy participativo en mi familia. Siempre estaba muy presente. Cuando yo sufrí el infarto, el sufrió mucho, porque el venía de la vieja escuela, donde se pensaba que un discapacitado no se puede desarrollar como persona. Entonces le costó  mucho ver  mi crianza, mi desarrollo como niño, hasta que fui adolescente y falleció. Él se fue con mucha incertidumbre de lo que yo podía ser. Me encantaría, si yo pudiera, te aclaro que yo no creo en Dios de la Iglesia, creo en lo que quiero creer. Creo que hay algo más, donde sea que este mi abuelo, yo se que me esta viendo y creo que está en algún lugar. Me encantaría verlo en persona y ver su expresión al contarle mi actualidad y verme consagrado. Me gustaría decirle, tranquilo abuelo, esta todo bien hice lo que quise"

SER NÚMERO DEL MUNDO
"Después de haber llegado al número 1 del mundo, cambio mi paz, mi tranquilidad y mi anonimato. Las presiones deportivas, los compromisos crecen y uno tiene que convivir con aspectos diferentes. Ser número 1 potencian las presiones deportivas. Me costó cambiar mi vida, después de haber sido número 1. No digo que no disfrutaba que la gente me salude y reconozca en la calle, pero entregas tu tiempo, no podes disfrutar de tus momentos y más a mi que soy un "pibe" muy familiero y que no me gusta tanto la exposición"

EL LEGADO QUE QUIERE DEJAR GUSTAVO FERNÁNDEZ

"No poder caminar es insignificante al lado de todas las buenas cosas que me hizo vivir esta discapacidad. Vivo de lo que me apasiona y disfruto de lo que siempre soñé, en definitiva, hago lo que siempre imagine. Ni en pedo cambio volver a caminar y esta manera de vivir por algunos de los logros conseguidos. Si me gustaría tener hijos. Quiero tener hijos. Me gustaría que mis hijos sueñen en grande. Si yo logró ser como padre, la mitad de lo que fueron mis padres conmigo, sería consagrarme absolutamente. Mi herencia sería esa......."


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