FLOR BONSEGUNDO: LOS DÍAS QUE VOLVÍA A CASA LLORANDO, EL AÑO Y MEDIO SIN PODER JUGAR AL FÚTBOL AL GESTO DE MESSI Y LA INSPIRACIÓN QUE LE GENERABA RIQUELME


Flor Bonsegundo, figura del seleccionado nacional femenino de fútbol, dialogó con Super Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad y reveló las diferentes complicaciones que tuvo que superar cuando era niña para cumplir su sueño de ser jugadora: el año y medio sin competir y los días que volvía llorando a casa. Mas acá en el tiempo, recordó el gesto que tuvo Messi cuando lo conoció y que jugador la inspiraba cuando era pequeña. Además, contó que le gustaría culminar el secundario - le queda una materia- y el recuerdo de sus abuela en los peores momentos.

Morteros, dice, es su debilidad. Lo primero en lo que piensa así esté en Buenos Aires, Huelva, Valencia, Madrid o San Guillermo, donde hizo un paréntesis para atender a Super Deportivo Radio por Radio Villa Trinidad, mientras visitaba a una amiga de la infancia. En Morteros, ahí empezó la historia: su patria es un sitio de 20 mil habitantes, el lugar donde, sobre una calle de tierra, se asienta la casa familiar.

En el patio de ese hogar, Florencia Bonsegundo jugaba a la pelota, descalza, con Franco, su hermano siete años mayor. En la calle era la nena que les hacía caños a los varones. Hasta los 13 años, Florencia Bonsegundo jugó con chicos en la Liga de San Francisco, en Córdoba. Después se lo prohibieron. Y ya con chicas más grandes curtió torneos con premios como un lechón o un cajón de pollo. A los 15 viajó a Buenos Aires a cumplir su sueño: ser futbolista. Y recuerda, todo lo que tuvo que batallar para que llegue esa oportunidad. " Cuando cumplí 13 años, ya no me aceptaban jugar con los varones. Estuve 1 año y medio sin jugar. Fue durísimo. Yo quería jugar, ya era grande y entendía lo que sucedía. Gracias a Dios se creo el fútbol femenino en San Jorge -un club de barrio en Morteros- y eso me permitió volver a competir. Fue luchar contra muchas cosas: ir a torneos y que no me dejen jugar, que solo me quede la posibilidad de verlo desde afuera. Hubo oportunidades que viajaba con los varones, por ejemplo a torneos a Rafaela y llegábamos y no me dejaban jugar. Me tenía que comer todo el día desde afuera. Aguantar eso, era amor por lo que quería ser. Yo desde afuera alentaba a los chicos, porque me sentía parte del grupo. Yo deje de jugar, ese año y medio, pero con mi hermano y mis amigos del barrio no dejé de jugar. Yo iba a los clubes, entrenaba y sabía que los fin de semana no entraba. Eso era complicado para mí. Fue clave seguir insistiendo. La familia también fue importante, porque hicieron lo imposible para buscar un club o lugar donde pueda competir", recordó Flor.

Continuando en esa línea, Flor, quien convirtió el 2-1 ante Paraguay que le permitió al seleccionado argentino llegar al Mundial que se disputará en Nueva Zelanda el próximo año, relató las veces que volvía llorando a casa. "He vuelto muchas veces a casa llorando. No solo porque no me dejaban jugar, también por las cosas que escuchaba que me decían desde afuera, o los padres de los rivales. Fueron muchas cositas que no fueron fáciles. Hoy lo veo siendo mas grande y digo: ´Bueno, eso no era nada´, pero para una niña rodeada de varones no fue fácil. Era la única nena entre todos los varones. Escuchar a los padres de los rivales gritándome era ¡Tremendo! hubo oportunidades que los cargaban mas a los nenes que a mí. Eso es fuerte y volvía a casa y te afectaba.  Yo le decía a mi mamá llorando lo que me pasaba y ella me decía que eso no debía afectarme: ´anda, jugá y divertite´ o a mi papá que decía que no quería que vaya más a fútbol, porque veía que sufría y renegaba. Ahí había una pequeña discusión, pero yo seguía yendo", explica.

Dentro de ese contexto traumático, Flor recuera con cariño la importancia que tuvo su abuela (la mamá de su padre). " Lamentablemente no tengo a ninguno de mis abuelos, pero recuerdo mucho a mi abuela - la mamá de mi papá- los almuerzos después de jugar los domingo eran en la casa de ella. Me vio jugar y en cada almuerzo se hablaba mucho de lo que había generado en la cancha y si hacía goles o no. Mi abuela fue alguien muy importante en mi vida, vivía a dos cuadras de mi casa. Para mí fue un imán. Ella me pudo disfrutar hasta los 15 años, ella se bancó la peor parte mía, donde no podía jugar. Recuerdo un domingo que competíamos con mi hermano, el en patín y yo en el fútbol, y había que ver que hacía la abuela. Eso era una pelea.  No sé como hizo, se repartió y fue a vernos a los dos. Un ratito con cada uno. Después de cada entrenamiento iba a tomar la leche a la casa de ella. Creo que hoy estaría muy feliz y hubiera viajado a verme, porque le encantaba viajar. Estaría muy orgullosa y emocionada".

En otro de la entrevista, una de las figuras del seleccionado argentino, recordó el día que conoció a Messi: la foto y una anécdota que lo pinta de cuerpo entero al rosarino. " A Leo lo conozco, porque compartimos un almuerzo antes de viajar al mundial de Francia y ellos iban a la Copa América. Lo que mas me sorprendió de Messi es que fue el único que se quedó a sacarse las fotos con todas. Todos empezaron a hacer bombas de humo y el fue el único que se quedó a sacarse fotos con cada una de nosotras. Eso es increíble, porque podría haberse sacado dos fotos e irse, pero se sacó con todas. La noche anterior pensaba que le iba a decir a Messi. Tenía pensado decirle que era mi ídolo y después llegué ahí, apareció él, lo tuvo al frente y solo me salió decirle ¡Gracias, je! Messi puso una cara preguntándose ¿Gracias de qué?  para mí fue un gracias en general, por ser argentino, por ser el fútbol. Ojalá algún día pueda compartir un partido con él, sería increíble jugar un partido juntos. Un partido beneficio o lo que sea. Preferiría que el me de un pase para hacer un gol, yo no creo, que me lo de él, tranquilo, je", bromeó.

Retrocediendo en el tiempo y volviendo a las primeras veces que pateó una pelota con 4,5,6 y 7 años, Flor recuerdo quien lo inspiraba. " A mi me encantaba Riquelme. Estaba todo el día diciendo Riquelme, Riquelme, Riquelme, je. Todavía Messi no era el ¡Bom! Fue una lástima que no haya sido una mujer la que me imaginaba ser, porque no se veía mucho fútbol femenino, pero siempre me inspiró Riquelme", recordó.

Por último, recordó una materia pendiente que es terminar el secundario. "Uno de mis arrepentimientos, por así decirlo, fue el colegio y no poder hacerlo como yo quería, porque no me dieron los recursos y las posibilidades para poder terminarlo. Yo me iba a entrenar a Buenos Aires iba y venía y quedé libre por faltas. Nunca tuve ese apoyo del colegio de poder terminarlo. Es la espina que me quedó. Me gustaría terminar el secundario, estoy en eso y no tengo ningún pudor en decirlo. Fue algo que me tocó vivir. Me faltaría una materia y es matemática, jejeje la más difícil. Lo digo también para que los colegios puedan replantearse, porque son un rol importante para los chicos. Una persona como yo, también tiene que estudiar y terminar el colegio. El apoyo del colegio también tiene que ser vital e importante para que un chico pueda estudiar y hacer lo que les apasiona. Me gustaría terminar el secundario y después estudiar chef, porque me encanta cocinar, donde voy cocino. Creo que los ñoquis de papa, me salen bastante bien, soy ahí...", finalizó.

ENTREVISTA COMPLETA:

Comentarios